miércoles, 14 de mayo de 2014

Saw I

*Aviso importante: la saga de Saw se caracteriza por contener muchos flashbacks y juegos con la continuidad del tiempo, por lo que es crucial no perderse. Además, de vez en cuando, aparecen escenas o frases de momentos ya vistos en la película para hacer recordar al espectador los sucesos más importantes. Estas frases, escenas y flashbacks los marcaré de la siguiente manera: [*      *]. Además señalaré cada cambio de escenario con un punto y aparte.


Una llave y un hombre en una bañera llena de agua. El hombre recupera el conocimiento y al salir de ahí, tira del tapón, y la llave se va por el desagüe. Está oscuro. Se levanta, y confuso ve que está encadenado a la pared, así que pide ayuda. Hay otro hombre en la habitación, que intenta calmarlo. Encienden la luz. Dos hombres, encadenados a la pared de un baño asqueroso, observan que en el centro de la habitación hay un cadáver cubierto de sangre con una pistola en una mano y una grabadora en la otra. Comienzan a charlar. El de la bañera está histérico, pero el otro parece más calmado. Éste se presenta. Lawrence Gordon, médico. Se despertó ahí, igual que el de la bañera, dice él. Ninguno parece conocer al tipo del centro. Además no recuerdan cómo llegaron allí. El otro dice su nombre: Adam. ¿Por qué están ahí? ¿Por qué, quien los encerró, no los mató? Desde luego quiere algo de ellos. Observan que hay un reloj en la sala, pero es muy nuevo comparado con el resto del baño. Alguien quiere que sepan qué hora es. Lawrence intenta abrir la puerta, pero está cerrada. Adam se mira en los bolsillos y encuentra un sobre con su nombre. Dentro hay una cinta de cassette. Lawrence busca en los suyos y encuentra otra, además de una bala y una llave. Intentan abrir con ella las cerraduras de sus cadenas, pero no lo consiguen. Adam intenta entonces coger la grabadora del cadáver, y tras varios esfuerzos lo consigue. Pone su cinta y se oye la voz de un hombre: “Hora de despertar Adam. Supongo que te preguntarás dónde estás. Te diré dónde puede ser. Quizá estés en la habitación en la que vas a morir. Hasta ahora simplemente te sentabas en la sombra, observando cómo los demás hacían su vida. ¿Qué ven los voyeur cuando se miran al espejo? Ahora te veo como una mezcla extraña de alguien enfadado y apático a la vez, pero sobre todo patético; así que hoy será tu último día Adam, si no haces algo para impedirlo…”. Lawrence le pasa su cinta y Adam la pone: “Doctor Gordon, es hora de levantarse. Cada día en su trabajo usted ha dado a la gente la noticia de que va a morir pronto. Ahora será usted la causa de la muerte. Su objetivo en este juego es matar a Adam. Tiene hasta las seis en punto para hacerlo… Hay un hombre en la habitación con usted. Cuando se tiene tanto veneno en la sangre, lo único que le queda a uno por hacer es suicidarse. [Tosidos]. Hay un modo de salir de aquí. Si encuentran la salida, recuerde, la cruz marca la situación del tesoro. Si no mata a Adam antes de las seis, Allison y Diana morirán doctor Gordon, y dejaré que se pudra en esta habitación. Que empiece el juego.”. Son las once menos veinticinco. Adam le pasa la grabadora a Lawrence. La rebobina y la pone de nuevo. Oye algo al final que antes se les pasó por alto: “Sigue a tu corazón.”. Buscan por la sala, y encuentran un corazón dibujado en el retrete. Adam rebusca entre la porquería de dentro, pero no encuentra nada. Mira en el depósito y descubre una bolsa. La abre y saca dos sierras. Le pasa una a Lawrence, y mientras no mira, Adam aprovecha para esconder la bolsa en la bañera, de una forma un tanto sospechosa. Ambos empiezan a intentar cortar las cadenas con las sierras. Pero a Adam se le rompe la suya y desisten. Enfadado tira su sierra rota contra el espejo del baño y lo rompe. “No quiere que cortemos las cadenas. Quiere que nos cortemos los pies.” – dice Lawrence. Sigue hablando. Cree saber quién les está haciendo eso. Había oído hablar de él; la policía le estaba buscando. Y lo sabe porque él mismo fue uno de los sospechosos.

Tres polis bajan a un sótano: un negro, un chino y una mujer. Allí hay un cuerpo desnudo, muerto dentro de una jaula de alambre de espino. Tenían como prueba una grabadora que habían encontrado. La mujer le dio al play: “Hola Paul. Eres un hombre perfectamente sano y de clase media, pero el mes pasado te cortaste la muñeca con una cuchilla de afeitar. ¿Te cortaste porque querías morir de verdad, o bien, querías llamar la atención? Esta noche lo demostrarás. La ironía es que si quieres morir tendrás que quedarte donde estás, pero si quieres vivir, tendrás que cortarte otra vez. Encuentra un camino entre el alambre de espino y la puerta, pero date prisa, porque a las tres en punto esa puerta se cerrará y entonces la jaula será tu tumba. ¿Cuánta sangre derramarás para seguir vivo?”. Aquel hombre estuvo dos horas intentado escapar hasta que se cerró la puerta y murió desangrado. Tenía una pieza de puzle grabada en la carne. 

La prensa le llamaba el Asesino del Puzle; aunque él, técnicamente, no es un asesino. Nunca ha matado a nadie, siempre encuentra el modo de que sus víctimas se maten a sí mismas. Lawrence sigue contando la historia.

Los polis están ahora en otra escena del crimen, con un cadáver carbonizado, un suelo lleno de cristales, una caja fuerte, y las paredes llenas de números. “Hola Mark. Si estás tan enfermo, ¿por qué tengo tantas fotos tuyas dando vueltas por ahí? Pongamos a prueba esa supuesta enfermedad tuya. Ahora mismo tienes un veneno lento en tus venas. El antídoto está dentro de la caja fuerte. La combinación para abrirla está escrita en la pared. Date prisa e introdúcela, pero ve con mucho cuidado. Por cierto, la sustancia que recubre tu cuerpo es inflamable, así que yo que tú tendría cuidado con esa vela o todos los que has quemado con tu actitud tendrían su venganza.”. Los polis descubrieron dos cosas. Hay un agujero en la pared a través del cual alguien observaba la escena. Puzle se reserva los primeros asientos para sus juegos. Además encontraron una linterna. 

Estaba Lawrence con un paciente en el hospital con un tumor en el cerebro. “Se llama John.” – dice un enfermero llamado Zep. Llaman a Lawrence por megafonía. Tapp (poli negro) y Sing (poli chino) están en su despacho. Empezaron a interrogarle. Lawrence está confuso. La linterna que encontró Kerry (poli mujer) en la escena del crimen de Mark, era de Lawrence.

Lawrence está hablando con su abogado. Dice que no sabe cómo llegó a parar su linterna a la escena del crimen; ayer estuvo viendo a alguien que no era un paciente.

“Eso fue hace cinco meses.” – le cuenta Lawrence a Adam. Parece que intentó implicarle en un crimen. Lawrence continúa.

Sing le cuenta a Lawrence que su coartada es buena y le pide que se quede a escuchar la declaración de alguien que consiguió sobrevivir a una prueba de Puzle. Mientras, en la otra habitación, el detective Tapp le pide a Amanda, la chica que sobrevivió, que recuerde lo que pasó.

Amanda se despertó atada a una silla con un extraño objeto metálico en su cabeza. Entonces una televisión a su lado se enciende y aparece una especie de muñeco ventrílocuo con pinta de payaso (Billy). Comienza a hablar (con la misma voz de las grabaciones): “Hola Amanda. Tú no me conoces, pero yo a ti sí. Jugaremos a un juego. Esto es lo que pasará si pierdes. El aparato que llevas está sujeto a tus mandíbulas superior e inferior. Cuando el temporizador que tienes detrás llegue a cero, tu boca quedará desencajada para siempre. Imagina que es una trampa para osos pero al revés. Verás, te lo demostraré. [En la tele se muestra cómo el aparato, al acabarse el tiempo, destroza por completo una cabeza de maniquí.] Sólo hay una llave para abrir el aparato. Está en el estómago del cadáver de tu compañero de celda. Echa un vistazo al rededor, sabrás que no estoy mintiendo, pero date prisa. Vive o muere, tú decides.”. Se apaga la tele y Amanda intenta liberarse de la silla. Cuando lo consigue se acciona el temporizador. Intenta quitárselo, pero no puede, así que se acerca al cuerpo, y cogiendo un cuchillo que había allí se dispone a abrirle el estómago. Pero antes de hacerlo, el hombre abre los ojos. No estaba muerto, aunque no podía moverse ni gritar.

“Le había inyectado una dosis de opiáceos. No podía moverse ni sentir nada.” – le dijo Sing a Lawrence.

Amanda acuchilló el cuerpo hasta sacar la llave de su estómago, y consiguió sacarse el aparato antes de que se accionara. Llena de sangre, llora en el suelo cuando se le acerca Billy en un triciclo: “Enhorabuena, sigues con vida. La mayoría de la gente no agradece seguir con vida, pero tú no, ya no.”.

Cuando Amanda termina de contarle la historia, el detective Tapp le echa en cara que Puzle la eligió por ser una drogadicta. “¿Le estás agradecida, Mandy?” – pregunta Tapp. “Él me ayudó.” – contesta.

Tras la historia de Lawrence, Adam aún duda. Éste le echa en cara al médico que él tiene información, y cogiendo el trozo de espejo que se rompió antes, le amenaza pidiéndole toda la verdad. Pero se da cuenta de algo. “No es un espejo.” – dice. Cogiendo piedras de alrededor se carga el espejo de la pared y descubren que detrás hay una cámara. Alguien les observa. En un esfuerzo inútil, Adam intenta romper la cámara, pero Lawrence le detiene. Sabe que no serviría de nada porque todas las situaciones posibles han sido estudiadas por Puzle. Son las 00:06. Lawrence se pone a buscar la cruz que mencionaba su cinta, pero Adam no entiende por qué está tan tranquilo cuando su mujer y su hija están en manos del asesino. No obstante, por supuesto que está preocupado, y no para de recordar lo último que le dijo a su hija.

Diana (la hija) está durmiendo en su habitación. Un ruido la despierta y se queda observando un rincón oscuro en su habitación. Se levanta. Va hasta el cuarto de sus padres y le dice a su madre (Allison) que hay un hombre en su habitación. Van a buscar a Lawrence para que Diana se sienta más segura. Lawrence está ocupado trabajando en su ordenador, pero termina y va a acostar a su hija. Diana aún tiene miedo así que su padre intenta convencerla. Entonces recibe una llamada a su busca. Le dice a la niña que se tiene que ir a trabajar y termina de arroparla. Está a punto de marcharse cuando su hija le pregunta: “No nos dejarás, ¿verdad papá?”. Lawrence le dice a la niña que él jamás haría eso, y se marcha. Tiene entonces una pelea con su mujer. Él dice que es feliz, pero su mujer le dice que es todo una farsa, que son un matrimonio sin pasión. Mientras, la niña en su habitación escucha la conversación.

Para Lawrence y Adam ya es la 01:07. “¿Quieres ver a mi hija?” – le pregunta Lawrence a Adam, y le pasa su cartera. Adam mira las fotos de su hija y pregunta por una de su esposa. Lawrence le dice que hay una detrás de esas, y Adam la busca; pero en lugar de eso encuentra una foto de Allison y Diana maniatadas. Detrás de ella pone: “La equis marca el lugar. A veces se ve mejor cerrando los ojos.”. Adam le dice que esa foto que dice no está ahí, y le pasa la cartera. Mientras Lawrence rebusca en su cartera, Adam se guarda la foto que encontró.

Salen de nuevo Lawrence y Allison discutiendo sobre la farsa de su matrimonio. “Hablemos de eso luego, ¿vale?” – dice Lawrence, y se marcha. Se abre un poco la puerta del armario de Diana, y ésta se levanta asustada. “Buenas noches, pequeña.” – dice un hombre dentro del armario, y se abalanza sobre la niña. Los gritos de Diana alertan a Allison, que va corriendo a su habitación, donde ve cómo un hombre envuelto en una manta coge a su hija.

Las dos están atadas a la cama. EL hombre se pone un estetoscopio y se lo coloca a Diana en el corazón, mientras apunta con su pistola a Allison, observando así los latidos de la niña. Después se aleja de sus rehenes y se asoma a la ventana. Pero hay alguien observándolo en el edificio de enfrente. “¿Quién eres tú? ¿Sabe el doctor Gordon que estás en casa con su mujer? Sé que tú sabes algo.” – dice el detective Tapp, que es quien le está observando. “¿Qué haces ahí? ¿Esperas al doctor? Yo también le estoy esperando.” – dice. “Nunca debí dejarte escapar.” – murmulla mientras echa un vistazo a los periódicos con las distintas víctimas de Puzle. “Desaparecido descubierto en extraña escena del crimen.” – dice un titular. [*Aparece Paul atrapado entre el alambre de espino.*]. “El asesino sermonea según la policía.” – dice otro titular. [*Se oye la voz de la detective Kerry: “Había alguien ahí observando a través de este agujero.”.*]. “El psicópata imparte lecciones sobre la vida.” – muestra otro artículo. [*Se ve a Mark en su prueba de la caja fuerte, y se oye la voz de las grabadoras: “Jugaremos a un juego.”; y la voz de Tapp: “Una pieza del puzle.”, “Creo que nos vamos a quedar un rato aquí, Sing.”.*]. “Escapada.”, “Víctima superviviente del juego diabólico.” – más titulares. [*Voz de grabadoras: “Hola Amanda.”; sale Amanda y su prueba.*]. “Médico cuestionado en el caso del puzle.” – otro titular. [*Voz de Tapp: “Doctor Gordon, ¿puede decirnos dónde estuvo anoche?”; escena de Tapp y Lawrence hablando. Voz del abogado de Lawrence: “Así que no tienes ni idea de cómo apareció tu linterna en la escena del crimen…”; escena de Lawrence y su abogado hablando. Escena de Sing y Lawrence hablando; voz de Sing: “Comprobamos su coartada y es buena.”. Voz de Tapp: “¿Es cierto eso, doctor?”.*]. “Nunca debí soltarte.” – murmulla Tapp observando los periódicos.

Tapp y Lawrence están en el mismo coche después de haber estado en la comisaría escuchando la historia de Amanda. Lawrence sale del coche. “Siento no serles de más ayuda.” – dice Lawrence. “Este barrio también tiene sus cloacas.” – responde Tapp.

Después Tapp vuelve a la comisaría y se pone a analizar el vídeo del asesino para Amanda. Llega Sing invitándole a ir a tomar una cerveza con los demás compañeros, pero Tapp lo rechaza. Sing se está marchando cuando Tapp le detiene. Ha visto algo en el vídeo de Amanda. En una de las partes del vídeo sale un graffiti de una banda callejera. Además se oye una alarma de incendios. Comprueban las zonas donde saltaron alarmas cerca del territorio de esa banda. Se dirigen solos hacia allí. Entran en una fábrica abandonada y ven dentro el graffiti del vídeo. Llegan a una sala con una serie de objetos tapados. Destapan el primero y ven una maqueta de un baño viejo y sucio con un muñequito tumbado en el centro y dos sentados en las paredes opuestas del baño. Destapan la segunda y ven a Billy encima de una mesa, y una máscara de cerdo. De repente, la tercera se mueve. La destapan y ven a un hombre atado a una silla con destornilladores a los lados. Oyen un ruido; alguien viene. Tapan todo lo que destaparon y se esconden. Un hombre encapuchado se acerca y destapa al hombre. “¿Ya estás despierto, Jeff? Necesitaré tranquilizantes más potentes la próxima vez. No llores, te he dado un objetivo en la vida. Eres una cobaya para algo grande que…” – está diciendo el encapuchado justo cuando los polis salen y le ordenan que se detenga. El hombre levanta las manos, y con un rápido movimiento conecta los destornilladores de la silla de Jeff. “Ustedes deciden. En veinte segundos la vida de este hombre habrá acabado.” – dice el hombre. Le ordenan que lo pare y Sing se acerca a ayudar a Jeff, mientras Tapp vigila al hombre. Los destornilladores se están acercando al cuello de Jeff. El hombre les dice que una llave de una caja que hay ahí parará el aparato. Sing abre la caja pero hay un llavero con al menos cuarenta llaves. Lo intenta con un par pero no es ninguna. “El tiempo se acaba.” – dice el hombre. “¿Qué es más importante para usted agente? ¿Detenerme o la vida de un ser humano?” – dice el hombre mientras Tapp le arrodilla en el suelo. Sing pide ayuda con desesperación. Los destornilladores se acercan y Sing no consigue pararlos. “Estás enfermo, cabrón.” – le dice Tapp. “Sí, lo estoy agente. De una enfermedad que me corroe por dentro. Me enferma la gente que no aprecia lo que tiene y se burla de las desgracias de los demás.” – le responde. Sing, desesperado, saca la pistola y se carga los destornilladores, pero el ruido distrae a Tapp. El hombre aprovecha su despiste y saca un cuchillo de la manga. “Eso me pone enfermo.” – dice, y le corta el cuello a Tapp. Éste cae al suelo y el hombre huye. Sing se acerca a Tapp a ver cómo está. Está débil, pero se detiene un poco la hemorragia con la mano. Sing corre detrás del hombre. Tapp, arrastrándose, les sigue. Sing ve al hombre a lo lejos, le dispara, y éste cae al suelo. Sing se acerca al cuerpo, pero en el camino tira de un cable que acciona unas escopetas colgadas del techo que le vuelan la cabeza. El hombre se levanta y huye. Llega entonces Tapp y pone una cara de horror al ver el cuerpo de su compañero Sing en el suelo.

“Te tenía.” – dice Tapp con una cicatriz en el cuello enfrente de los artículos de periódicos. “Vamos a cerrar este caso…” – dice Tapp paranoico hablándole a su difunto compañero Sing.

El hombre que espía a Lawrence y a Adam a través de la cámara del espejo del baño, está frente al monitor. Son las 03:52.

Lawrence sigue buscando la equis en el baño. Adam está mientras, observando a escondidas la foto de Allison y Diana maniatadas que encontró antes. Empiezan a discutir otra vez. Lawrence quiere colaborar para escapar de allí, pero Adam, más indiferente, no muestra interés en colaborar porque no confía en Lawrence, y como está encadenado no puede hacer nada. Entonces a Adam se le ocurre algo y le pide a Lawrence que apague las luces. Las apaga y descubren una equis fluorescente en la pared. Está pintada con pintura que brilla en la oscuridad, y por eso, cuando vuelven a encender la luz, desaparece. Lawrence coge su sierra y comienza a romper la pared. Dentro hay un hueco con una caja, pero está cerrada. Sin embargo, Lawrence recuerda que en su sobre, junto a la cinta, había una llave. Adam se la tira. Abre la caja y dentro hay un móvil, un mechero y unos cigarrillos, por los que Adam muestra interés; y una nota en la que pone: “Los cigarrillos son inofensivos, lo prometo. El tabaco sólo es venenoso cuando acaba bañado en sangre. Piénselo, no necesita una pistola para matar a Adam.”. Lawrence intenta llamar a la policía, pero no da señal, es un móvil que no puede enviar llamadas, sólo recibirlas. Entonces Lawrence recuerda algo.

Estaba en un aparcamiento, yendo hacia su coche. Parecía que estaba solo, pero notó la presencia de alguien más. Cerró un momento los ojos y notó un flash de algo que se iluminó cerca de él. Extrañado siguió hacia el coche. Salió para hacer una llamada desde el teléfono de emergencia de allí, pero no daba señal. Sin darse cuenta, alguien abrió la puerta trasera de su coche. Cogió entonces su móvil. Algo con cara de cerdo salía de su coche. Su móvil tampoco daba señal. Concentrado en buscar cobertura no se dio cuenta cómo alguien con una túnica roja y una máscara de cerdo se le acercaba por detrás, y se abalanzaba sobre él.

“Esa cosa me estaba esperando.” – le cuenta a Adam. Pero entonces Lawrence se fija en algo. “¿Por qué has pensado lo de apagar las luces?” – le pregunta a Adam. Éste responde con evasivas, pero Lawrence le dice que miente muy mal. Entonces Adam contraataca con un tono iracundo y sarcástico. “Estoy hablando con un niño…” – dice Lawrence; por lo que Adam, con otro pequeño ataque de rabia le enseña la foto de su mujer y su hija maniatadas. –“¿De dónde has sacado esto?”. –“Estaba en tu cartera.”. –“¿Por qué no me la has enseñado antes?”. –“No pude…”. Ahora, colérico, Lawrence grita e insulta a la cámara que les graba. Se calma y se pone a pensar. [*“Piénselo, no necesita una pistola para matar a Adam.” – pone en la nota. “Cuando hay tanto veneno en tu sangre, lo único que puedes hacer es suicidarte.” – dice la voz de las grabadoras.*]. Lawrence mira la nota de la caja y a la sangre del muerto del centro de la sala. Coge un cigarrillo y mientras Adam no mira lo moja en la sangre del muerto, asegurándose de que la cámara le grabe bien. Se levanta y apaga las luces. El hombre que les observa no puede ver nada. “Adam, escúchame, quiero que me sigas la corriente.” – susurra Lawrence. El hombre sólo oye susurros imposibles de entender. Encienden entonces las luces. Lawrence le ofrece un cigarrillo a Adam, pero le pasa el que no manchó con la sangre. Adam lo enciende y empieza a fumar. Acto seguido, finge espasmos y se tira al suelo haciéndose el muerto, de forma bastante ridícula. Lawrence empieza ahora a exigirle al de la cámara que le devuelva a su familia, pues ya ha matado a Adam. Sin embargo, Adam comienza a temblar y a gritar afirmando que le han electrocutado. Lawrence se enfada porque cree que Adam está mintiendo y se lo ha inventado todo; y desesperado vuelve a intentar cortar las cadenas con la sierra, pero no tarda en desistir. “Ahora lo recuerdo todo.” – dice Adam.

Estaba Adam volviendo a su piso de mala muerte y entra en su cuarto oscuro donde guarda un montón de fotos. Saca una foto del agua y la coloca a secar… ¡Es una foto de Lawrence! Se quedó dormido en el cuarto y se levanta al rato. Está oscuro e intenta encender la luz, pero parece que está cortada. Coge una linterna, pero no le van las pilas. Entonces oye un ruido. Coge su cámara y se pone a sacar fotos con el flash. “¿Hay alguien ahí?” – pregunta. Recorre todo el piso sacando fotos en la oscuridad. Oye de repente una risa aterradora que le asusta. Proviene de Billy, que está sentado en su sillón. Coge un bate y le aporrea hasta que deja de sonar. Escucha un ruido que sale del armario, así que se acerca y cuando saca la foto, alguien disfrazado con una careta de cerdo se abalanza contra él.

Ya son las 05:37. De repente suena el móvil y Lawrence lo coge. Se oye la voz de su hija, llorando aterrada. Su padre intenta tranquilizarla y darle esperanzas. “El hombre malo de mi habitación está aquí, nos ha atado y tiene una pistola.” – dice la niña. El hombre le quita el teléfono a la niña y se lo da a su madre. “¿Está Adam ahí?” – dice Allison. “¿Cómo sabes…?” – se extraña Lawrence. “No creas las mentiras de Adam. Él te conoce. Lo sabía todo de ti antes de lo de hoy.” – confiesa Allison; y el hombre le quita el teléfono y cuelga. Lawrence lleno de rabia amenaza a la cámara, pero cesa, sabiendo que es inútil. Lawrence le cuenta a Adam lo que su mujer dijo de él. “Basta de mentiras, embustero. Quiero saber la verdad.” – grita. “¿Soy un mentiroso? ¿Qué hiciste anoche Lawrence?” – pregunta Adam. Éste comienza a hablar y desvela la verdad.

Lawrence estaba en un aparcamiento e iba hacia su coche, pero notaba que no estaba solo. Sintió entonces una luz que le deslumbró. Adam estaba allí esa noche, y él le sacó la foto con el flash.

Adam se acerca a la bañera, donde había escondido la bolsa de las sierras, y saca de ella unas fotos, que se las tira a Lawrence. “Llevo días haciéndote fotos.” – cuenta Adam. Son fotos de él. –“¿Por qué?”. –“Me pagan por fotografiar a ricachones como tú que van a hoteles de mala muerte a follarse a sus secretarias.”. Adam le cuenta que le siguió anoche hasta un hotel. Le dice que encontró las fotos con las sierras, pero que no sabe cómo llegaron hasta allí. [*Adam sacando la bolsa de la cisterna del váter y escondiéndola después en la bañera.*]. Discuten. “¿Qué hiciste en esa habitación?” – pregunta Adam.

Lawrence entra en la habitación del hotel y allí le espera una de sus estudiantes. “¿Por qué me has llamado al busca cuando sabías que estaba en casa? Te dije las horas a las que me podías llamar. No puedes hacer eso.” – le replica Lawrence. La estudiante comienza a desvestirse, pero Lawrence la frena. “Lamento haberte hecho venir… Lo siento.” – le dice Lawrence; y se levanta para marcharse. Pero entonces suena el teléfono. Contesta la estudiante y se lo pasa a Lawrence. “Sé lo que está haciendo, doctor.” – dice la voz del otro lado del teléfono, y cuelga. Sale entonces de la habitación y se dirige al aparcamiento del hotel. Allí cierra los ojos un momento y Adam le saca la foto.

“¿Quién era el que te pagó por seguirme?” – le pregunta Lawrence a Adam. “Se llamaba Bob y me pagó por adelantado.” – contesta. –“¿Lograste ver lo que me pasó?” –“Logré ver cómo subías al coche. Sólo eso. No pregunté tu nombre y no sabía quién eras. No sé cómo llegué aquí ni sé cómo llegaste tú. Yo sólo hice las fotos y me fui a casa a revelarlas.”. [*Adam le saca las fotos a Lawrence en el aparcamiento y se va a casa para reverlarlas.*]. “Y me despierto aquí encadenado, en un baño prehistórico, mirando al tipo al que le he hecho fotos toda la noche.” – termina de contar Adam. Lawrence le insinúa a Adam que es posible que quien le pagó por hacerle las fotos es quien les puso ahí. “¿Qué aspecto tenía?” – pregunta Lawrence. “Era normal.” – dice Adam. [*Un hombre sale de entre las sombras en el piso de Adam, pero no se le ve la cara.*]. “Era un hombre negro con una cicatriz en el cuello.” – dice. [*Se le descubre la cara, es Tapp…*]. “¿Tapp?” – pregunta atónito Lawrence. Le cuenta a Adam que le destituyeron del cuerpo por perder la cabeza tras la muerte de su compañero, pero que siguió acosándole porque estaba convencido de que él estaba implicado en los asesinatos. Vuelven a discutir. Sarcasmo, ira, insultos, frustración… “Toda mi vida estaba perfectamente organizada.” – se lamenta Lawrence.

El hombre pone las mordazas a Allison y Diana y se va al monitor. Allison se lo quita y procura alentar a su hija. Adam se da cuenta de algo. Coge una foto. “¿Había alguien más en tu casa anoche aparte de tu esposa y tu hija?” – pregunta Adam. –“No…”. –“Pues aquí hay alguien.”. Le pasa la foto a Lawrence. Éste la observa bien de cerca. “¡Le conozco!” – exclama. “¡Es Zep!” – afirma. Zep observa desde el otro lado de la cámara. “¿Quién?” – pregunta Adam. “Se llama Zep, es un enfermero de mi hospital.” – contesta Lawrence. Éste comienza a maldecirle mientras Zep, frente al monitor, se pone nervioso por haber sido descubierto. Pero Adam, asustado, se percata de algo. “Mira...” – dice señalando el reloj. El reloj marca las 06:00. “Se nos acabó el tiempo.” – exclama aterrorizado. Es entonces cuando Zep apaga el monitor. Allison consigue desatarse las manos. Zep carga la pistola y se dirige a la habitación. Allison finge estar atada. Zep entra y le dice a Allison que a su marido se le ha acabado el tiempo y que es ella quien le debe decir que ha fracasado. Suena el móvil y Lawrence lo coge. Suena la voz de Allison: “Has fracasado.”. Acto seguido Allison se tira sobre Zep y forcejean por la pistola. “¿Allison? ¡¿Allison?!” – pregunta Lawrence. Allison se hace con la pistola y apunta a Zep. Coge el teléfono y le dice a Lawrence que le quiere y le necesita, pero en ese momento, Diana llama a su madre, lo que la distrae, y Zep aprovecha para abalanzarse sobre ella a quitarle la pistola. El arma se dispara y Tapp, que está espiando, lo ve. Coge su arma y sale corriendo. A través del teléfono, Lawrence escucha disparos y gritos, y nadie le contesta. Allison y Zep siguen forcejeando. Zep consigue la pistola, pero Allison le clava unas tijeras en la pierna. Entra entonces Tapp a la casa y se tirotea con Zep, mientras Allison va a ayudar a su hija. Lawrence rompe a llorar al sentirse impotente. Mientras Zep y Tapp se disparan, Allison y Diana huyen. A Tapp se le encasquilla la pistola y se tira sobre Zep. Luchan, y Zep consigue darle un buen golpe a Tapp. Éste cae y Zep aprovecha para coger la pistola e irse corriendo. “Voy a matar a su marido, señora Gordon.” – grita Zep, y se va. Tapp consigue levantarse y le sigue. Lawrence está llorando en el suelo cuando comienza a convulsionar. “¡Lawrence!” – grita Adam. Lawrence se desmaya. Zep y Tapp van en sus coches. “Lawrence, levántate, te necesito.” – dice Adam, y le tira piedras. Lawrence se despierta y dice que han intentado electrocutarle. Adam le dice que a él antes le hicieron lo mismo. Zep llega a su destino, y Tapp le sigue muy de cerca. Suena el teléfono, pero al electrocutarse, Lawrence lo lanzó tan lejos que no lo alcanza. Zep y Tapp entran en el edificio. Lawrence intenta alcanzar el móvil, pero no lo consigue. Zep y Tapp se tirotean. Lawrence llora de desesperación e ira. Adam intenta calmarle como se le ocurre, pero no tiene ningún efecto. Lawrence se arranca la camisa y se la ata a la pierna. “Oh Dios mío, Lawrence, ¿qué vas a hacer?” – grita Adam. Lawrence se sujeta la camisa con la boca y coge la sierra, con la que se empieza a cortar el pie. Tapp alcanza a Zep y se ponen a pelear. Forcejean para hacerse con la pistola. Lawrence termina de cortarse el pie y tira la sierra, mientras Adam llora horrorizado. Zep consigue hacerse con la pistola y dispara a Tapp. Lawrence se arrastra por el suelo y coge la bala que encontró en su sobre. El teléfono ya dejó de sonar. Tapp cae muerto al suelo y Zep continúa. Lawrence coge la pistola del muerto del centro y le pone la bala. “¡Lawrence, no! Te lo suplico, yo no te he hecho nada.” – grita Adam. “Tienes que morir.” – le responde Lawrence. Apunta a Adam y le dispara. Adam cae al suelo. “Lo he hecho.” – le grita Lawrence llorando a la cámara. Allison y Diana están en casa de los vecinos. Allison llama con el móvil, pero Lawrence no contesta. Zep abre la puerta del baño. Lawrence le amenaza con la pistola, pero no le quedan balas. Zep se acerca a Adam y comprueba que esté muerto. “Es demasiado tarde.” – dice Zep. –“¿Por qué?”. –“Son las reglas.”. Zep apunta a Lawrence con la pistola. Pero entonces Adam le coge de la pierna y le tira al suelo. Le quita la pistola y le golpea con la taza de la cisterna del váter hasta machacarle la cara. Lawrence le detiene. Adam grita de dolor, pero Lawrence le dice que se pondrá bien, que le disparó al hombro. Le dice que se va para pedir ayuda, y se marcha arrastrándose. –“No me dejes.”. –“Tranquilo, traeré a alguien, te lo prometo.”. –“Lawrence, ¿irá todo bien?”. –“Yo no te mentiría.”. Y sale del baño. Adam busca alguna llave en los bolsillos de Zep, pero en vez de eso encuentra una grabadora. Extrañado, le da al play: “Hola, señor Hindle, o como lo llaman en el hospital, Zep. [*Escena de Zep entrando en la habitación del hospital en la que estaba Lawrence.*]. Quiero que tome una decisión. [*Se abre la puerta del armario de la habitación de Diana, y se ve a Zep con la manta coger a la niña. Allison y Diana amordazadas por Zep. La foto de Allison y Diana maniatadas.*]. Tiene un veneno lento recorriendo su sistema y sólo yo tengo el antídoto. [*Zep tose exhausto frente al monitor.*]. ¿Mataría a una madre y a su hija para salvarse usted? [*“El tiempo del señor Gordon se acaba.” – le dice Zep a Allison. “Señora Gordon.” – grita Zep. Escena de Zep luchando con Allison y disparando.*]. Escuche atentamente, hay reglas.”. [*“¿Por qué?” – le pregunta Lawrence a Zep. “Son las reglas.” – contesta.*]. Adam para la grabadora atónito. Se da la vuelta y ve al cadáver que estaba todo el rato en el centro del baño levantarse. Éste se estira perezosamente y se quita la máscara de maquillaje que llevaba. Se levanta. “La llave de esa cadena está en la bañera.” – dice, con la misma voz que las grabaciones. [*Adam recupera el conocimiento en la bañera y tira del tapón. La llave se va por el desagüe.*]. Adam está mudo del asombro. [*Se ve a John (el tipo que fingía ser un cadáver en el centro del baño) en la cama del hospital. “Es una persona muy interesante.” – dice un médico del hospital. “Se llama John.” – le dice Zep a Lawrence en el hospital. “Tiene un tumor inoperable en el cerebro.” – les explica Lawrence a sus estudiantes. John postrado en la cama del hospital. “Es una enfermedad que me corroe por dentro.” – dice John encapuchado, arrodillado ante Tapp en la fábrica. “Parece nuestro amigo Puzle.” – les dice Kerry a Tapp y Sing en la primera escena del crimen. Se ve una pieza de puzle recortada de la carne del cadáver. “Odio a la gente que no aprecia lo que tiene.” – John. Escenas del mal matrimonio de Lawrence. “Nuestro amigo se reserva los primeros asientos para sus juegos enfermizos.” – dice Kerry señalando el agujero en la pared del segundo escenario del crimen. Escena del “cadáver” de John en el baño. Escena de la persona con máscara de cerdo saliendo del coche de Lawrence en el aparcamiento. Escena de Mark con la caja fuerte. “Hola Mark.” – voz de John. Escena de Paul en el laberinto de alambre de espino. “Paul.”. Escena de Amanda con el aparato arranca-mandíbulas en su cabeza. “Amanda.”. Escena de Zep en el monitor. “Zep.”. Escena de Adam con la grabadora. “Adam.”. Escena de Lawrence con la grabadora. “Doctor Gordon.”. Escena de Billy en la grabación de vídeo. “Quiero jugar a un juego.”.*]. Adam intenta coger la pistola de Zep y disparar a John, pero éste, con un mando, le electrocuta. [*Escena de Adam electrocutándose tras la pantomima de los cigarrillos. Escena de Lawrence electrocutándose.*]. John se aleja hacia la puerta mientras Adam está tirado en el suelo. [*“La mayoría de la gente no agradece seguir con vida.”.*]. John apaga la luz. Adam grita desesperado. [*“Pero tú no, ya no.” – John.*]. “Fin del juego.” – dice John, y cierra la puerta. “¡Aaaaaah! ¡Nooooooo…!” – grita Adam en la oscuridad de la habitación…

                                                               Fin


Personajes
-Adam
-Allison Gordon (mujer de Lawrence)
-Kerry (detective mujer)
-Diana Gordon (hija de Lawrence)
-Lawrence Gordon
-Jeff (hombre de la silla y los destornilladores)
-Mark (víctima de la caja fuerte y los números en la pared)
-Paul (víctima del alambre de espino)
-Tapp (detective negro)
-Sing (detective chino)
-Zep (enfermero)
-Amanda (víctima que sobrevivió)
-John
-Billy (muñeco payaso diabólico)